“Hay tres tipos de personas: las que aprenden por conocimiento, los que aprenden por experiencia y los que nunca aprenden”. Jesse Livermore
Mucho ruido mediático ha generado el ya famoso Bitcoin (la más grande y primera criptomoneda), misma que comenzó a popularizarse hace ya un par de años en otros países, en los cuales ya es aceptada de manera oficial por parte de sus autoridades financieras.
En el caso de México ha tomado un auge inusitado, pero por la vía, según a mi parecer, con un rumbo peligroso para el potencial inversionista. ¿A qué me refiero con esto? A manera de ejemplo, hace unos días una persona se acercó y quiso consultar lo siguiente: “¿cómo ves invertir en Bitcoin? Me dicen que meta 20 mil pesos y en 3 meses me regresan 60 mil”, dicho comentario me trasladó de inmediato a 1987, cuando los promotores de las casas de bolsa ofrecían ese mismo esquema de rentabilidad, y conocemos de las consecuencias. Así que estimado lector, cuidado con este tipo de ofrecimientos.
Pero volviendo al tema principal, y el más importante respecto de las criptomonedas, quiero mencionar sin duda alguna que soy un convencido que llegaron para quedarse; el simple hecho que algunas autoridades financieras de países con economías fuertes (Japón, Alemania, entre otros) da mucha tranquilidad a aquellos que nos dedicamos a las inversiones financieras con potenciales de rendimiento atractivos.
El tema da para mucho más en estos tiempos de innovación tecnológica en el ámbito financiero, sin embargo, si queremos puntualizar también que, si bien existen al momento, más de 700 criptomonedas en el mundo, al final de un pronto periodo habrá una gran purga y solo quedarán las más fuertes, las más comerciadas y aquellas que cuenten con el activo más importante que todo sistema monetario requiere: confianza.
Desconozco si se convertirá en el nuevo oro, pero de algo sí puedo estar seguro, que el valor del Bitcoin, es 2 a 1 del valor del Oro, es decir, la confianza de la gente en este nuevo activo se refleja en su valorización, y eso es lo que cuenta.
En conclusión, no descarto la posibilidad que seremos testigos de movimientos violentos en el precio de este tipo de nuevos activos financieros llamados criptomonedas, y que algunas quedarán en el camino tal y como sucedió con la burbuja tecnológica en el año 2000, y entonces el propio mercado le dará su más apropiado valor a las criptomonedas sobrevivientes después de la inevitable turbulencia financiera que se avecina cada vez más.
Jesús M Jaramillo Díaz de León
Socio Director
@jaramillojesus
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